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29 marzo 2022

¿El fin del dinero en efectivo? La era de los pagos digitales ya está aquí

Billete de 50 euros
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La covid-19 ha acelerado el pago digital en el día a día. No es el único factor que está impulsando a los países desarrollados hacia una sociedad cashless o sin efectivo. La confianza depositada en los sistemas financieros, la banca electrónica ya globalizada y los avances tecnológicos están favoreciendo un aumento constante en el uso de medios de pago digitales de todo tipo.

Los últimos datos del Banco de España muestran que el 70% de los españoles ha reducido o abandonado el pago con dinero en metálico y cerca del 30% no ha retirado efectivo en cajeros durante gran parte de la pandemia. Además, Bizum ha duplicado sus usuarios durante 2020.

Algunos países se han tomado muy en serio una sociedad cashless. Dinamarca ha fijado el año 2030 como fecha fin para el efectivo en su país. Canadá tiene como objetivo eliminar el efectivo en 2022 y China tiene más de 1.000 millones de usuarios en las plataformas de Alipay y WeChat Pay. En Suecia, las transacciones en papel moneda representan solo el 1% del PIB.

Varias son las tecnologías que están acelerando la disminución del uso del efectivo. Dentro de las destinadas al pago en el comercio físico,destaca el NFC (Near Field Communication) mediante contactless, que está presente en la mayoría de las tarjetas de crédito y en una cada vez mayor cantidad de smartphones o wearables, funcionando por identificación de radiofrecuencia por proximidad (RFID). Otra de las tecnologías es el pago mediante la emisión de sonidos como sucede en ToneTag o SOS, que no requieren ningún hardware específico.

En cuanto a los sistemas para pagar tanto en comercios físicos como de forma remota, resaltan las soluciones wallet de los gigantes, y otras muy populares como Google Pay, Apple Pay, Samsung Pay o WeChat Pay, que guardan los datos de pago en carteras digitales evitando llevar encima tarjetas físicas.

Otros ejemplos innovadores son la posibilidad de pagar con una sonrisa en KFC con la cuenta de AliExpress (Smile to Pay) en China o el uso del reconocimiento facial para el pago en los supermercados del Grupo X5 en Rusia. Suecia vuelve a estar en la vanguardia con el uso de microchips subcutáneos con NFC, que son un medio de pago y facilitan también el acceso a las oficinas de la empresa y a la propia red de ferrocarriles de cercanías.

Ejemplos como el de Suecia parece que nos acercan a una sociedad cashless de forma inminente. Sin embargo, en España, con una economía sumergida que supone el 18,6% del PIB (según Visa Europe) y considerando que el dinero digital es más fácil de fiscalizar, ¿está realmente este cambio cerca?

Las ventajas de una sociedad sin efectivo son más que evidentes: mayor facilidad para luchar contra el blanqueo, menos economía sumergida y más inversión en estos nuevos medios de pago. Pero también hay sombras como los ciberataques sufridos a nivel global, que hacen cuestionar los sistemas cibernéticos -generan posturas en contra de los ciudadanos- por la vulnerabilidad frente al fraude o ataques externos. Tampoco hay que olvidar la falta de privacidad y peligros de exclusión social de las personas más desfavorecidas y con menos posibilidades de acceso a servicios bancarios y tecnología.

Desde nuestro punto de vista, uno de los pasos clave para avanzar hacia esta sociedad cashless es la creación del euro digital, que no implicaría una nueva divisa o un criptoactivo. Sería una moneda digital, regulada por el Banco Central Europeo y equivalente a los billetes y monedas de euro físicos.
David  Ramos
David Ramos

Head of Digital Banking at Babel.

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