Hoy en día, la evolución del negocio se mueve en función de la
disrupción de las nuevas tecnologías digitales del mercado. La
Administración Pública no es ajena a este proceso y se ve cada vez más impactada por la disrupción de la digitalización, ya sea por la
alta propensión del cliente o por la evolución de las tecnologías.
Basta analizar a algunos de los KPI’s recogidos por el Observatorio de Administración Electrónica, para observar que la tendencia en el uso de
servicios electrónicos y la
transmisión de datos es
exponencial.
La evolución social y tecnológica actual hace que, como ciudadanos, estemos
modificando nuestras expectativas frente a los servicios e incrementemos el nivel de exigencia, convirtiendo nuestro perfil en el de un consumidor…

Además, España se sitúa entre los países más avanzados en el desarrollo de la Administración electrónica en Europa, ocupando el
segundo lugar entre los 28 miembros de la
Unión Europea en el índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) 2020 de la Comisión Europea en la clasificación de los países con mejor desarrollo de sus
servicios públicos digitales. Encuentra el análisis y los datos más recientes por país haciendo clic
aquí.
Y es de destacar que el
82% de los usuarios de internet españoles
participan activamente en los servicios de administración electrónica, una puntuación muy superior a la media de la Unión Europea que es del 67%.
Pero la mera existencia de servicios electrónicos no produce eficiencia ni reducción de cargas administrativas, sino que requiere de una
modernización de los procesos y la
adaptación de los canales para lograr un uso masivo, eficaz, y seguro por la ciudadanía y las empresas exponiendo
servicios de mayor valor añadido. Por lo cual, tenemos margen para mejorar y atender las demandas de las distintas Administraciones, y poder ser sus compañeros de viaje en el compromiso de excelencia adquirido por las Administraciones Públicas.
Este proceso de modernización, en Organizaciones en las que sus procesos operativos están soportados con
>105 líneas de código y además en unos ecosistemas tecnológicos variados, que generan
>1011 de registros en sus
bases de datos, nos lleva a plantear escenarios realistas de transformación, entendiendo el proceso de modernización como parte de la inversión realizada durante todo el tiempo pasado, como además respaldan reconocidos analistas. Haz clic para leer el
estudio de Gartner.
Debido a todas estas razones, nuestro discurso de modernización pivota alrededor de 3 ejes fundamentales, el
proceso, el
dato y el
servicio.
El Proceso
Habitualmente nos encontramos con organizaciones con
estructuras tradicionales funcionales, o verticales, que se centran en las necesidades propias y no en las del usuario final, lo que nos lleva a “perder” por el camino una gran cantidad de recursos en
actividades que no aportan valor, es decir, caminamos hacia la ineficacia, incrementando considerablemente la burocracia, multiplicando las tareas a realizar.
El propósito final de la gestión por procesos es conseguir que la organización gire alrededor de las
actividades que generan valor para el usuario final, independientemente del área al que pertenezcan.
El servicio
Entendiendo por servicio, una función que está
bien definida,
autocontenida e
independiente del contexto o estado de otros servicios.Estas características persiguen el principal objetivo de la
Orientación a Servicios (mini, micro…) es que la mayor parte de la funcionalidad del conjunto de las TI de una organización sea reutilizable.
Para permitir una adecuada exposición de la lógica de negocio tendremos que llevar a cabo un
proceso iterativo de refactorización orientado a servicios.Y así poder llevar a cabo tareas de integración, orquestación y automatización de procesos.
El dato
Los grandes volúmenes de datos, con un índice de criticidad más que evidente, y que en muchos casos estás relacionadas con beneficios sociales de la ciudadanía, hace que
la continua monitorización de las actividades, junto a la
evaluación y difusión de resultados incrementa la satisfacción de los ciudadanos.
De ahí que sean fundamentales las capacidades de
Big Data & Analytics, para evolucionar hacia datos únicos, consistentes, no redundantes, interoperables y compartidos entre procesos homogeneizados, simplificados y digitales de principio a fin.