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Un dispositivo wearable es aquel que incorporamos en alguna parte de nuestro cuerpo e interactúa con el usuario a través de otros dispositivos como pueden ser smartphones, ordenadores, tablets, etc.

Aunque estos dispositivos no han tenido demasiado auge hasta el siglo XXI, han existido desde hace muchos años, pues el ser humano siempre ha buscado nuevas fórmulas para facilitar el día a día.

Uno de los wearables más importantes y que está perfectamente integrado en nuestras vidas es el reloj digital, pero a lo largo de la historia han existido otros como ordenadores portables, relojes con calculadoras e impresoras, brújulas, ábacos, etc.

El tema a tratar en este artículo son los wearables inteligentes. Como muchos expertos explican, es un tema que todavía está en proyección ya que dependen demasiado de otros dispositivos para sacarles el máximo rendimiento. La conexión entre ambos dispositivos se realiza mediante tecnología bluetooth, que permite enviar datos bidireccionalmente.

En este campo podemos destacar los relojes y pulseras inteligentes. Estos accesorios son dispositivos que se han adaptado a la vida cotidiana y permiten medir valores tales como ritmo cardíaco, ciclos de sueño o distancias recorridas, pero para  ello necesitan de otro dispositivo para tratar y visualizar todos estos datos. Sin embargo se le ha sacado partido a esta necesidad de conexión (generalmente con un Smartphone) pudiendo manejar alguna de las funciones del móvil en dichos wearables, reduciendo así el uso del teléfono en ocasiones puntuales. Alguna de las funciones más utilizadas son las siguientes: contestar llamadas y mensajes, navegación gps, visualización de notificaciones, etc.

Estos dispositivos no son los únicos que se han fabricado hasta el momento. Los siguientes wearables todavía son prototipos, sin embargo parece que la apuesta de los fabricantes por innovar no se queda aquí y continuarán sorprendiéndonos en los próximos años.

Las gafas inteligentes corren de la mano de Google. Aunque se han quedado por el camino, todo apunta que en un futuro tendrán una utilidad orientada más al campo de la medicina que para la vida real, eso sí, Google tendrá que definir el desarrollo de dicho wearable ya que hasta el momento no ha cumplido lo que prometió en el lanzamiento de su prototipo.

Otra de las posibles aplicaciones de esta tecnología inteligente es en la ropa. Estos wearables todavía son prototipos, pero todo apunta a que en un futuro nuestras prendas serán capaces de monitorizar nuestras constantes, captar nuestros movimientos o incluso detectar malos hábitos a la hora de practicar un deporte.

Dejamos para el final el campo donde más promete esta tecnología, la medicina. Son muchas las investigaciones actuales las que intentan integrar todo tipo de sensores en el cuerpo humano con tal de evitar cables u otro tipo de gadgets. Aquí podemos hacer dos distinciones: sensores internos o externos.

Los sensores externos ya se han probado en pacientes obteniendo resultados exitosos. Alguno de los valores que se han extraído de ellos son la temperatura corporal, pulso, ritmo respiratorio, hidratación de la piel y exposición de la piel a la luz utravioleta. Estos sensores se fabrican en materiales naturales degradables que desaparecen del cuerpo en un periodo de tiempo relativamente corto. Es esta degradación lo que está frenando hasta ahora el avance de los sensores internos.

Con los sensores internos se pueden medir un conjunto de valores mucho más valiosos en cuanto al tema de salud. Imaginemos detectar un posible infarto con solo comprobar la dureza de los vasos sanguíneos, o una deficiencia de oxígeno en sangre con tan solo recopilar unos cuantos valores de dicho sensor, o la facilidad de medir los niveles de insulina en personas diabéticas.

Pero aquí nos enfrentamos al cuerpo humano. La dificultad de integrar en un cuerpo un elemento externo lo suficientemente robusto para evitar degradaciones y lo suficientemente liviano como para que el cuerpo no lo rechace es un pulso que hasta ahora no se ha conseguido ganar. Es por esto que la aplicación de wearables en el campo de la medicina tardará en llegar a nuestras vidas cotidianas.

Álvaro Sanz
Álvaro Sanz

Desarrollador sénior en BABEL.

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